¿Nos engañan con la publicidad?
Cuando hablamos de publicidad a muchos se les viene a la cabeza la palabra “engaño”. Aunque la mayoría de las veces esto es falso, engañar forma parte de la estrategia de ventas y marketing de algunas empresas.
El “marketing” como tal no engaña a nadie. Hacer “marketing” es dejar de analizar el concepto de demanda de manera global, y pasar a analizar directamente al consumidor. Trabajar este análisis hasta comprender exactamente qué es lo que necesita o demanda. Sin entrar en muchos detalles, se trata de enfocarse en el cliente y sus necesidades. Saber lo que un determinado número de clientes quiere/necesita, para realizar una estrategia de ventas de acuerdo a estos datos.
Sin embargo, como toda herramienta, puede servir para muchas cosas. Igual que un cuchillo sirve para cortar el pan o para hacer daño a alguien. Todo dependerá de quien empuñó el cuchillo.
Entonces… ¿nos engañan o no? No siempre, pero si, nos engañan
“Crear la sensación de necesidad en el consumidor de un determinado producto o servicio, cuando (en la mayoría de los casos) ni siquiera era consciente de su existencia”
Deduzco que a estas alturas todos saben ya que las imágenes de algunas hamburguesas (prácticamente cualquier gran franquicia engaña de esta manera) no se parecen en nada a la realidad. Si es la primera noticia que tienes, te dejo aquí una infografía que te dará una idea de a qué me refiero:
Mensajes confusos y otras artes
Pero no solo nos engañan con la vista. En muchos casos los mensajes tratan de confundirnos, o directamente engañarnos. Cuando hablan de que “X” producto te da la felicidad. ¿Dicho producto tiene algún componente que produce más felicidad en el que lo usa? ¿Es medible? Si la respuesta es que no, entonces mienten.
Otras veces el mensaje es literalmente cierto, pero se presenta de manera engañosa, deliberadamente. Los casos más claros de este tipo de publicidad son las encuestas, donde juegan con los gráficos para transmitir un determinado mensaje. La manera de presentar el precio de un determinado producto suele hacerse precisamente engañando a nuestro cerebro. ¿Te suena el típico 2,99 en vez de 3? Pues tiene una explicación científica. En Xataka escribieron un artículo muy detallado de cómo nuestro cerebro analiza los números, y como usarlo en publicidad.
Si hablamos de comida, tenemos una cantidad interesante de productos “artesanales”, “naturales”, “caseros” y demás… Pero basta darle la vuelta y leer con detalle sus etiquetas de ingredientes para descubrir el engaño. La OCU realizó un estudio al respecto donde preparó una lista con 25 marcas que utilizaban estas palabras de manera engañosa.
Conclusión
Resumiendo, nos engañan, pero no todos. Así que… ¡no te dejes engañar! Cada vez que veas una publicidad parecida a las aquí mencionadas recuerda usar el sentido común. Te dejo un enlace más sobre el tema.
Gracias por leer 😉